
Las empresas
no sólo se limitan a llevar a cabo operaciones privadas y gubernamentales a
nivel local, sino también con otros países. Precisamente a eso le llamamos
negocio internacional, a la relación existente entre una organización y su
mundo exterior. Este tipo de actividad implica también el comercio exterior y
el internacional, el cual incluye las transacciones (exportaciones,
importaciones, inversiones, financiaciones) que se realizan a nivel mundial.
Entre los
factores de éxito que podemos mencionar en las operaciones de los negocios
internacionales, incluimos la competitividad, el apoyo financiero entre las
partes y la logística. Este último aspecto es de suma importancia ya que cuando
los actores involucrados se encuentran en diferentes países o regiones, la
concreción y el éxito del negocio se complican aún más.
Es importante
que los empresarios conozcan el ambiente internacional que los rodea para, de
esta forma, buscar nuevas formas de incrementar el crecimiento de la empresa,
la competitividad y la oportunidad de explorar nuevos mercados. El negocio
internacional implica entonces el manejo de la inversión extranjera y de la
estructura de mercados, que se da entre diferentes naciones. Dentro de este
marco, es primordial que la empresa tenga pleno conocimiento de la situación
política, diversidad de mercados y riesgos del país con el que establece el
negocio, para de esta forma estudiar si esta situación le afecta o no y si es
preciso entablar el enlace.
• La empresa obtiene un mayor posicionamiento
competitivo
• Se llevan a cabo nuevos negocios y el cliente
adquiere mayor valor
• Mejora la imagen de la empresa y de la marca
• Se identifican y se crean nuevos segmentos
• Permite una rápida explotación de innovaciones
• Se impulsa el intercambio de productos o servicios
• Implica una ampliación del mercado interno
• Permite desarrollar economías de escala
• Impulsa la relación y credibilidad con socios
locales