El origen se encuentra en el
intercambio de riquezas o productos de países tropicales por productos de zonas
templadas o frías. Conforme se fueron sucediendo las mejoras en el sistema de
transporte y los efectos del industrialismo fueron mayores, el comercio
internacional fue cada vez mayor debido al incremento de las corrientes de
capital y servicios en las zonas más atrasadas en su desarrollo.
EL comercio internacional permite
una mayor movilidad de los factores de producción entre países, dejando como
consecuencia las siguientes ventajas:
1. Cada
país se especializa en aquellos productos donde tienen una mayor eficiencia lo
cual le permite utilizar mejor sus recursos productivos y elevar el nivel de
vida de sus trabajadores.
2. Los
precios tienden a ser más estables.
3. Hace
posible que un país importe aquellos bienes cuya producción interna no es
suficiente y no sean producidos.
4. Hace
posible la oferta de productos que exceden el consumo a otros países, en otros
mercados. ( Exportaciones)
5. Equilibrio
entre la escasez y el exceso.
6. Los
movimientos de entrada y salida de mercancías dan paso a la balanza en el
mercado internacional.
7. Por
medio de la balanza de pago se informa que tipos de transacciones
internacionales han llevado a cabo los residentes de una nación en un período
dado.
Los instrumentos de fomento a la
exportación son de varios tipos: comerciales, financieros y fiscales.
Los gobiernos prestan apoyo
comercial a sus exportadores ofreciéndoles facilidades administrativas,
servicios de información y asesoramiento e incluso promocionando directamente
los productos originados en el país mediante publicidad, exposiciones y ferias
internacionales.
Las ayudas financieras a la
exportación son principalmente los préstamos y créditos a la exportación,
frecuentemente con tipos de interés muy bajos, y los seguros gubernamentales
que cubren los riesgos empresariales incluso el riesgo derivado de
perturbaciones políticas o bélicas. Entre las ayudas financieras hay que
incluir las medidas de tipo monetario que actúan sobre el tipo de cambio
haciendo que los productos nacionales resultan más baratos en el extranjero.
Los instrumentos fiscales consisten
en las desgravaciones fiscales, la devolución de impuestos y las subvenciones
directas. Estos instrumentos son los
menos aceptados internacionalmente ya que pueden conducir a situaciones de
dumping, a que el producto se venda en el extranjero a un precio inferior al
nacional e incluso a precios inferiores a su coste.
En los últimos años se han
multiplicado las denuncias contra el dumping ecológico y social. Se denomina
dumping ecológico a las exportaciones a precios artificialmente bajos que se
consiguen con métodos productivos muy contaminantes y perjudiciales para el
medio ambiente. Se denomina dumping social a las exportaciones a precios
artificialmente bajos que se consiguen mediante trabajadores mal pagados o
esclavizados, trabajo infantil, trabajo de presos, etc.
Si no existieran barreras a las importaciones
ni ayudas artificiales a las exportaciones, los movimientos internacionales de
bienes y servicios se producirían exclusivamente por razones de precio y
calidad. Esa es, en el fondo, la única forma sostenible de mejorar la posición
internacional y la relación real de intercambio de un país: conseguir producir
con mayor eficacia, más calidad, a menor coste. Y para ello lo que hay que
hacer es mejorar la organización productiva, la formación de los trabajadores y
la tecnología.
El objetivo más importante de todo
país es impulsar el bienestar económico y social mediante la adecuada
canalización del capital a aquellas inversiones que arrojen el máximo de
rendimiento.
Esto se refiere tanto al
financiamiento interno como el internacional, también a niveles público, que
toma en cuenta el aspecto económico, pero más en especial los aspectos públicos
y sociales como a niveles privados que la atención se fija más en el terreno
económico.
Los problemas de asistencia
internacional van más allá del terreno económico, pues involucran también
cambios sociales y de mentalidad, capaz de promover un avance en la sociedad
moderna.
Los movimientos de capital a nivel
mundial han crecido a un ritmo inusual a comienzos de la década de los 90,
aunque siempre han estado presentes en el esquema de endeudamiento
internacional representados en créditos y préstamos internacionales, estos han
ido perdiendo fuerza, cediendo importancia a la Inversión Extranjera Directa
(IED) que lidera hoy la tendencia cada vez más fuerte de la Globalización
económica, esta trae consigo, la liberalización del comercio, la inversión, la
desregulación de los mercados y un papel cada vez más predominante del sector
privado en cabeza de las Empresas Transnacionales, frente a una presencia aún
más reducida del Estado.
La inversión extranjera directa se
ha convertido, en la fuerza pujante para regiones como América Latina, pues le
ha brindado apoyo en su proceso de reestructuración económica, ha contribuido
en la adopción de nuevas tecnologías y formas de producción y le ha regalado un
mayor crecimiento Económico.
Por supuesto la incidencia no
siempre es positiva, pero si depende mucho de los factores y políticas de
manejo que los países receptores pretendan darle a esta forma de financiamiento
internacional y a las pretensiones que tengan las Empresas Transnacionales que
no siempre actúan a favor del progreso mundial.